lunes, 4 de junio de 2012

Visita a Danone Canarias, una visión liberal y desapasionada

Hoy he visitado junto a una serie de Bloggers las instalaciones de Danone Canarias para conocer de primera mano sus productos, procesos y estrategias de marketing. La visita no sólo ha sido muy instructiva, sino también la mar de divertida ya que para alguien curioso por naturaleza como yo es una auténtica gozada poder ver "las tripas" de cualquier empresa. Es maravilloso poder descubrir todo lo que hay detrás de ese yogur que sacas de tu nevera y que previamente ha tenido que pasar por cientos o miles de pasos y transformaciones: desde la compra de frutas, fermentos, nata, harina, etc. a brokers internacionales, hasta la adquisición diaria de leche fresca a pequeñas explotaciones locales; las etiquetas, tapas y vasos de plástico; los estudios de mercado, estudios organolépticos, controles de calidad, ; la I+D física y química, etc. Me ha parecido especialmente interesante, desde el punto de vista económico liberal, el hecho de que la propia marca, sin necesidad de hacer caso a regulación estatal alguna, opta por mejorarlas para tratar de alcanzar un sutil equilibrio entre las preferencias del consumidor (productos dulces y sabrosos) y un compromiso superior y voluntario de salud pública (productos bajos en grasas y azúcares o con propiedades beneficiosas para la salud). En la búsqueda de su propio beneficio empresarial y para seguir siendo una auténtica referencia de calidad y garantía para sus consumidores, excede con creces los mínimos legales en una demostración evidente de que un mercado en competencia y libre es lo mejor que le puede pasar a un cliente, ya que garantiza unos estándares de calidad que el Estado nunca consigue por imposición y a unos costes mucho más eficientes. Al contrario de lo que la propaganda anti-liberal predica, pude comprobar que a pesar de que había procesos y materias primas que podrían resultarles más baratas, optaban por otras más caras y que complicaban sus procesos con tal de, por un lado, satisfacer mejor a sus clientes desde el punto de vista del sabor y la textura y, por otro, de usar productos más saludables. Esto era así tanto con las harinas de trigo y arroz como con los azúcares añadidos a algunos de sus productos que, a pesar de reducir sus márgenes, los hacían alcanzar un delicado equilibrio entre un producto que gusta por su sabor y consistencia pero que es bajo en grasas y azúcares. La caricatura anti-liberal muestra a las empresas reduciendo costes y abaratando al máximo sus procesos sin importar nada más y siempre en detrimento del cliente. Mientras que la realidad del libre mercado que pude ver hoy muestra a una empresa inteligente y con visión de futuro que prefiere reducir sus márgenes a cambio de tener clientes fieles, contentos y con confianza hacia la marca. Única garantía de éxito en un mercado libre y con competencia. Danone está consiguiendo con sus productos ayudar a la salud de sus consumidores de diversas maneras, con productos buenos para las defensas, para el colesterol, el crecimiento, la densidad ósea o para mejorar el tránsito intestinal y, además, entre sus objetivos se encuentran aspiraciones como ayudar a reducir los altísimos índices de obesidad infantil en España, no sólo fabricando productos más sanos en este sentido, sino promoviendo campañas de buenos hábitos alimenticios, concienciación, etc. Y, lo mejor de todo, sin subvenciones y ¡teniendo beneficios! Los cuales, no olvidemos, en un mercado libre no son otra cosa que la medida de lo útiles que resultan sus productos para los consumidores en particular y para la sociedad en general. Como contrapunto quiero recordar que en Tenerife tenemos otra fábrica de lácteos y yogures de titularidad pública (propiedad del Cabildo) que acumula pérdidas de más de 3 millones de euros y que lleva meses sin pagar a los pequeños ganaderos que le venden la leche. Comparen y saquen sus propias conclusiones.